Esta actividad es realizada en el sitio donde ocurre la pérdida, con una duración aproximada de dos horas, y es facilitada por dos profesionales de la fundación. Los grupos deben contar con un máximo de 15 personas por cada sesión.
El objetivo principal es facilitar la expresión de sentimientos y pensamientos relacionados con la muerte, lo mismo que detectar la existencia de problemas específicos surgidos a raíz de la experiencia vivida por el grupo.