Proyecto de vida
Carlos de Castañeda, en Las enseñanzas de don Juan, expone ideas sobre los caminos que señalan el rumbo de la vida:
«Cualquier cosa es un camino entre cantidades de caminos. (…) si sientes que no deberías seguirlo, no debes seguir en él bajo ninguna condición. (…) no hay afrenta, ni para ti ni para otros, en dejarlo si eso es lo que tu corazón te dice. Pero tu decisión de seguir en el camino o de dejarlo debe estar libre de miedo y de ambición. Te prevengo.
«Mira cada camino de cerca y con intención. Pruébalo tantas veces como consideres necesario. Luego hazte a ti mismo, y a ti solo, una pregunta: ¿Tiene corazón este camino? Si tiene, el camino es bueno; si no, de nada sirve. Ningún camino lleva a ninguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no… Uno hace gozoso el viaje; mientras lo sigas, eres uno con él. El otro te hará maldecir tu vida. Uno te hace fuerte; el otro te debilita.»
Desde la niñez nos preguntamos cuál es nuestro objetivo en la vida. El proyecto de vida es el mapa que señala el camino hacia él. Sin embargo, la mayor dificultad está en elegir una dirección fundamental y excluir otras. Hay quienes tardan, o nunca toman, esa decisión, lo que conduce al conflicto existencial que, al no resolverse, se hace crónico. Sin embargo, aunque no sea sencillo, vale la pena tomarse el tiempo para analizar nuestros objetivos y fijar nuestro camino. Eso no es pérdida de tiempo, sino una inversión.