Son afirmaciones engañosas que no se sustentan científicamente y que, en el caso del duelo, nos hacen creer que ayudamos al deudo, mientras que este en realidad se siente incomprendido. He aquí algunos:
MITO | REALIDAD |
1. Quien ha perdido a alguien violentamente, no debe ver el cuerpo ni saber los detalles de la muerte. | 1. Conocer los detalles ayuda a aceptar la realidad de la pérdida. |
2. Creer que se ve al muerto es estar cerca de la locura o de una depresión. | 2. Debido al dolor, rabia o desesperanza al principio del duelo, el doliente puede creer ver o sentir al fallecido. Manifestarlo ayuda a procesar la pérdida. |
3. Entre más cariño se sentía por la persona, más traumático, doloroso y largo debe ser el proceso de duelo. | 3. El duelo es una experiencia que depende de las características de cada individuo. No hay reglas para determinar el camino ni su duración. |
4. Cuando la persona muere, se pierde para siempre su recuerdo y no queda nada de ella.
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4. Los recuerdos no desaparecen, sino que están «dormidos» en la mente. Reaparecen paulatinamente, acompañados de sentimientos, a través del proceso de duelo. |
5. La persona que ha sufrido la pérdida, entre más ocupada esté, mejor. | 5. Es conveniente que la persona, en lo posible, disponga de cierto tiempo para reflexionar y sobrellevar el proceso psicológico que implica una pérdida. |
6. El sentimiento por la pérdida no debe ser expresado, pues esto ayuda a sobrellevar la situación. | 6. El sufrimiento debe ser expresado de alguna manera, para permitir al doliente descargar la sensación que lo inunda. |
7. Ya serás tú mismo(a) otra vez. | 7. Tras la pérdida, la persona nunca vuelve a ser la misma de antes. La muerte puede ser una experiencia devastadora, pero también de crecimiento. |
8. Los grupos de apoyo o de autoayuda son para débiles.
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8. Participar en grupos de apoyo o autoayuda permite al doliente entender que no está solo en su dolor y ayuda a la recuperación. |
9. Como los niños no entienden la muerte y el proceso de duelo, mejor es negarles todo para protegerlos de esta realidad. | 9. El niño es tan capaz como el adulto de experimentar una situación de duelo. Una pérdida que parezca pequeña puede convertirse en una oportunidad de aprendizaje para situaciones más dolorosas. |